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El Estómago, el segundo Cerebro del cuerpo humano

Hoy en día, millones de personas sufren lo que se denominan trastornos funcionales digestivos.


Alteraciones crónicas que aparecen sin causa aparente y que, en la mayoría de ocasiones, están muy ligadas a problemas emocionales. En este artículo nos vamos a centrar en la estrecha relación que existe entre el cerebro y el estómago. En la Medicina China decimos que el estómago no solo digiere alimentos…, también digiere o intenta digerir, las emociones y sentimientos.


Sensación de tener un nudo en el estómago al hablar en público, vómitos antes de un examen…


¿Quién no ha sufrido alguno de estos síntomas ante una situación de estrés?




Es por esta razón que al estómago también se le llama «el segundo cerebro«, ya que hay una gran conexión entre las emociones y el funcionamiento digestivo. En el estómago existen alrededor de 100 millones de neuronas.


Esta red de células permite mantener un estrecho contacto entre el sistema digestivo y el cerebro, a través de los nervios vagos, que se encargan de informar de todo lo que transita por el primero. El estómago expresa a la perfección lo que sentimos. Así, en situaciones de tensión, miedo o repulsión a algo o a alguien, el estómago se encoge pudiendo llegar a producir el vómito.


Y es que poseemos un verdadero cerebro dentro de nuestras entrañas. La estructura de las neuronas digestivas es totalmente idéntica a la estructura de las neuronas cerebrales y tienen la capacidad de liberar los mismos neurotransmisores, hormonas y moléculas químicas.


Ambos órganos utilizan el mismo neurotransmisor, la serotonina (también conocida por el nombre de hormona del bienestar), cuyo déficit puede provocar tanto trastornos digestivos (colon irritable, acidez, colitis…), como trastornos psicológicos (estrés, ansiedad, depresión…).


Hoy en día ya nadie pone en duda que el estrés, la ansiedad, la tensión emocional, etc, afectan al sistema digestivo, mucha gente somatiza los problemas psicológicos y entonces aparecen dolores abdominales, úlceras, diarreas, estreñimiento, acidez gástrica… Huang Di Nei Jing, la obra escrita más antigua y de mayor importancia de la Medicina Tradicional China, ya hablaba de todos estos temas. En el Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo (siglo II a. C.), ya se daba pleno reconocimiento a la parte que desempeñaban las emociones en la buena salud.


No se podía concebir la separación entre los sentimientos y el cuerpo físico. “Si la persona reprime sus emociones, si no las expresa, si está sufriendo de cualquier manera…, no puede estar sana…”.


Se considera que todas las partes del cuerpo están comunicadas por los meridianos, formando así un organismo íntegro, ningún órgano del cuerpo actúa de un modo aislado. Por ejemplo, el cerebro era ya considerado como el mar de la médula. Y el Estómago, el mar de los órganos y entrañas.


Y los mares se comunican. El recorrido del meridiano de Estómago empieza en la cabeza, baja por el cuerpo y acaba en el segundo dedo del pie. El Estómago, realiza el movimiento de descenso, tanto de los residuos alimenticios como de las emociones que no acabamos de digerir y que tendríamos que eliminar a través del Intestino.


El Bazo tiene la función de ascender lo puro, pero si la energía se bloquea no puede nutrir el cerebro. El meridiano de Hígado recorre las caras laterales del tórax. Si por problemas emocionales se produce un bloqueo y se altera la circulación del Qi, se acaba sobrecargando el Bazo y el Estómago dando lugar a dolores abdominales que irradian hacia las costillas.


Hay una interconexión de canales por donde circula energía y sangre formando extensas redes con múltiples puntos de unión que lo unifican en un todo. De tal manera que si el Hígado se enferma puede provocar que se invierta la dirección de ascenso y descenso de la energía del Bazo y del Estómago respectivamente.


La digestión es un proceso que requiere de mucha energía para poder disolver los alimentos, si el Qi del Hígado circula adecuadamente, el flujo de la bilis será normal y apoyará a la función digestiva. Así pues es imprescindible que podamos reconocer y gestionar nuestras emociones. Si tapamos e ignoramos una emoción, si no permitimos que fluya, se estanca, se bloquea. Los meridianos y canales colaterales no pueden quedarse de ninguna manera obstruidos.


El tratamiento terapéutico consistirá en:


– regularizar el Qi


– desbloquear el Hígado y el Estómago


– tonificar el Bazo


No olvidemos que el objetivo principal de la MTC es llegar al origen, a la raíz de la patología que se nos presenta y es ahí donde actúa, sabiendo que atacando la raíz del problema los síntomas desaparecerán por sí solos.


“Cuando la mente está tranquila y estable, la vitalidad de la vida circula armoniosamente por todo el cuerpo. Si el cuerpo está nutrido y protegido por esa vitalidad en circulación, ¿Cómo va a ser posible enfermarse?” Clásico de Medicina Interna del Emperador Amarillo (siglo II a. C.)

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